Mi confrontación con la docencia

Cuando egrese del Instituto Tecnológico de Parral, al terminar mi carrera de Licenciatura en Informática me traslade a la ciudad de Chihuahua en busca de trabajo donde pudiera poner en práctica mis conocimientos y trabajar en algo referente a mi especialidad. Acudí a algunas entrevistas y en todas me pedían un alto porcentaje de dominio de inglés el cual no tengo, por tal motivo me regrese a mi lugar de residencia Valle de Allende, Chihuahua. Posteriormente decidí tramitar lo necesario para obtener mi visa y trasladarme al extranjero a estudiar inglés durante un año, para así poder obtener dominio de éste, para luego regresar y ya no tener obstáculos para trabajar en mi profesión.
Logré conseguir mi visa, resulta que la visa me la entregaban el 11 de marzo 2003, unos días antes para ser precisa el 1 de marzo del mismo año recibo una llamada del CECyT 3 invitándome a formar parte de su plantilla de docentes, por ser egresada de esta Institución y por mi record de alumna ellos deciden que formara parte de dicha Institución, al principio estaba indecisa por que yo tenia otros planes y la verdad siempre dije que ni loca sería maestra pero lograron convencerme por que las materias que impartiría tenían relación con mi especialidad y es así como me inicie siendo maestra y bueno aquí estoy afortunadamente acepte por que ahora me doy cuenta que me gusta ser maestra y si antes decía que ni loca era maestra, ahora digo que ni loca dejo la docencia.
Es para mí un honor el que se dirijan a mi como Maestro o profesor, creo que es un título muy grande y que lo acepto con mucho orgullo y aun que de profesión no lo sea lo voy adquiriendo por practica.
El ser maestro es una responsabilidad muy grande, por que no solo compartimos conocimientos a los alumnos sino que somos para algunos un ejemplo a seguir y sin querer les trasmitimos educación para la vida con nuestras acciones buenas o malas, nuestra conducta tanto dentro y fuera de la institución en la que laboramos da pie a predicar con el ejemplo al momento de dar un consejo o llamar la atención de la mala conducta de los alumnos , si no damos buen ejemplo con que cara voy a tratar de ayudar a los alumnos a enderezar su camino. Es por eso que repito, que el ser maestro implica mucha responsabilidad y compromiso de nuestra parte.
El trabajar en este nivel ha significado un reto para mi, el tratar con adolecentes es algo delicado ya que por la etapa que ellos atraviesan desgraciadamente el estudio para a algunos no es su prioridad, para ellos esta el noviazgo, el salir a pasear y a esto hay que agregar su estado de ánimo tan variado.
Pero el trabajar con ellos también le trasmiten a uno su juventud y se aprende mucho de ellos tanto de la vida como de conocimientos ya que tecnológicamente ellos están en constante actualización y en ocasiones rebasan nuestras expectativas.
La satisfacción más grande que tengo de trabajar en este nivel es el cariño que me demuestran los alumnos con algunos detalles que tienen conmigo y que manifiestan en ocasiones de manera verbal y el cariño es mutuo en cada graduación parezco “magdalena” llorando y siempre los recuerdo; es todavía mas gratificante para mi cuando algunos alumnos egresados se acercan a saludarme con cariño y me manifiestan que lo que yo compartí de conocimientos con ellos les sirve en sus estudios de nivel superior.
Los motivos de insatisfacción que tengo es sentirme impotente de no poder rescatar algunos alumnos que por problemas económicos, familiares, académicos o de conducta, tengan que a abandonar sus estudios truncando de esta manera a lo mejor un futuro más alentador.